Tiene loca a su abuela Nora. Llegó a casa al principio de la pandemia pero su mamá tuvo que volver al trabajo hace unos meses. Y ya sabes el resto de la historia.
El Bollo se levanta temprano en la mañana y no espera a su abuela para que lo deje salir. Le deja un regalito justo al lado de la cocina.
Más tarde cuando la abuela se está tomando el café a El Bollo le dan ganas urgentes de masticarle sus chanclas y ya lleva 5 pares. En fin, la ansiedad lo mata.
Ayer hablando con Nora le dije, mira yo resolví ese problema metiendo a mis perritos en una jaulita. Cada vez que me iba al trabajo y cuando nos íbamos a dormir. Pero ella no estaba muy convencida de la solución.
El Bollo 1 – Nora 0
Gracias a dios no es un caso del que yo me tenga que preocupar. El Bollo no va a interferir con la dinámica de venta de una casa. Al menos no directamente.
Pero se que Nora no va a estar tranquila sabiendo que él se queda haciendo de las suyas con la persona que lo esté cuidando.
Si estuviéramos planificando visitas habría que llevarlo a casa de alguien dispuesto a limpiar los accidentes.
¿Tienes ideas para compartir con Nora? ¿Alguna terapia antiestrés para perros?
Creo que vamos a necesitar todos estos consejos cuando ella tenga que venir a Toronto a vender su apartamento y El Bollo se quede en Guatemala esperando a su abuela.